Quizá os acordáis de haber visto el anuncio o quizá hayáis estado en la charla sobre el “rizoma restaurativo” que hicimos a mediados de noviembre. Era una ocasión para contaros mi sueño de que las prácticas restaurativas y entre ellas los círculos de diálogo/empáticos/restaurativos se conviertan en una práctica habitual en nuestros entornos. Ojalá haya sido contagioso y compartís ahora este sueño conmigo las personas que habéis estado. En esta charla llegamos a abordar brevemente la herramienta de los Círculos Restaurativos, que puede ser una valiosa inspiración para ir construyendo prácticas similares sobre el terreno, para crear tejido restaurativo. Hoy os quiero dar alguna pincelada para situar esta herramienta; queremos explorar su magia y qué condiciones requiere traer esa magia a nuestros entornos en un taller el sábado 13 de enero por la mañana.
El modelo de Círculos Restaurativos que os traigo fue desarrollado por Dominic Barter y personas de las favelas de Rio de Janeiro hace ya casi 30 años. Consiste en un proceso comunitario que permite la escucha y la comprensión mutua en situaciones de conflicto. La comunidad se muestra parte implicada y apoya en que pueda ser posible esa escucha mutua, que a menudo no nos está siendo accesible sin apoyo. La clave está en una facilitación humilde y lo menos intervencionista posible, gracias a un mecanismo de diálogo de base sencillo y por ello tan bello que vale la pena conocer y probar. La herramienta nos abre un espacio donde acoger los conflictos sin censura: cada persona es invitada a expresarse como puede, no se necesitan habilidades de comunicación particulares para participar. Es el círculo y el mecanismo de diálogo que se emplea que nos muestran la forma de salir de la lógica de funcionamiento tan habitual en situación de conflicto de ataque y contraataque o huida; que nos hacen ser capaces de apoyarnos para poder leernos en lo que traemos de importante al círculo y que nos hacen conectar entre nosotres, a pesar de que tengamos posiblemente un lenguaje que cree más bien desconexión.
Sigo queriendo contagiar a cuanta más personas mejor mi entusiasmo por las posibilidades que abre esta herramienta a modo de inspiración. Es una herramienta que nunca quiere ser receta, quiere incitarnos a inventar nuestras propias formas. Para conocerla, explorarla y probar su interés, hemos empezado a hacer círculos semi-simulados, donde una persona trae un conflicto real y las demás personas la apoyamos mediante el juego de rol.
Si te ha despertado ganas de conocer más sobre la herramienta o incluso de participar en esa dinámica de apoyo mutuo mediante círculos semi-simulados, estaría encantada de verte en el taller en enero, o recibir una llamada o un correo tuyo.
Para las que entendéis inglés, hay información sobre los Círculos Restaurativos aquí: https://www.restorativecircles.org